No se por dónde empezar, pero seré breve.
Quizás empiece por el final, hemos llegado los dos, Mariano se ha recuperado de la rodilla gracias al ibuprofeno y el hielo que ha ido aplicandose por el camino, tan bien le ha ido que hemos recuperado lo "perdido" de ayer, aunque creo que no entraba en sus planes hacer tantos kilómetros!!!.
El asunto de los hospedajes es muy escaso, pero hemos alargado según indicaciones de la guía hasta un pueblo llamado Hontanares, donde no hay nada para dormir, tomar nota si queréis repetir, el apretón final nos ha desviado de la ruta hasta un hotel de carretera donde nuestros oídos han de acostumbrarse al rugir de los camiones al pasar por la A2
El día ha sido fantástico, de los que me gustan a mi, pedalear todo el día hasta que las sombras se estiran hasta fundirse con el crepúsculo y sin la certeza de saber donde vas a dormir.
Es el momento álgido del día, ya no duele nada porque duele todo, ya no piensas porque has pensado mucho, sólo pedaleas sintiendo cada momento como algo eterno.
Es una mezcla de placer y sacrificio muy extraña...
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Ojito con lo que ponéis...