15 de noviembre de 2010

Raid Torrelles

Empiezo por el final, dando las gracias.

Esta es una de las citas que no nos queríamos perder, fieles a sus costumbres nos han vuelto a regalar un día de aventura y diversión.

Mónica y yo, nos hemos presentado en unos de nuestros peores momentos de forma, pero siempre es un buen momento volver a juntarnos para correr estas experiencias, no nos han faltado ganas para sufrir, reír, sudar, comer, pinchar, caer, perdernos, encontrarnos...
Describirlo es tan complejo y tan ambiguo que me reservo las sensaciones, porque nunca se pueden comparar con las de mis compañeros, es una de las cosas que valoro de este deporte, en el, hay sitio para todas las tendencias, los racing conviven estrechamente con el principiante a raider...

Diferentes objetivos mismo fin, pasarlo bien, aunque sea "sufriendo".
Volvemos a reencontrarnos, somos amigos del deporte, aunque lejos de las carreras no existe relación, somos amigos. Existe una complicidad entre los componentes de los equipos, no solo triunfa el primero en llegar a meta, pero si todos los que superamos los contratiempos que nos surgen con ganas y decisión, ¿cuantos deportes gozan de esta salud? pero no seamos inocentes, también hay reservas.


En esta ocasión nos planteamos el raid como un entreno largo, pero un error con las coordenadas nos trunca el seguimiento de la carrera y nos obliga a saltarnos el sector de treking, el que a mi especialmente me motivaba, por lo de Roma! heei!
Al final del raid la visita inesperada de un jovenzuelo de unos 15 días de madurez, acompañaba a sus padres a la zona de los raiders, creo que me ha guiñado un ojo, algún día correremos en el mismo equipo!

El domingo fiesta deportiva, contrarreloj de pachanga, lo mas serio ha sido el almuerzo, en esta ocasión faltan algunos de los pesos pesados de este evento y el creador del mismo, pero aún estando tan lejos hoy les hemos echado de menos.


Pachanga! si en la boca llevo el hígado!!!

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