20 de agosto de 2018

Vuelta al lago Constanza con niños

Ultimamente cuelgo las actividades sin demasiado énfasis en conectar con la parte filosófica.
Esto se debe básicamente a la falta de tiempo, mantener y maquillar estos contenidos conlleva un trabajo extraordinario que yo no dispongo actualmente.


La ruta es ideal para hacer con niños, así me lo dijeron y así a es. Al no llover ni un solo día la ruta se presenta dócil y simpática, no hay desniveles ni muchas fuentes.
Zonas de baño y parques infantiles se salpican para que nuestros peques no lleguen a encontrar aburrida la ruta.

El unico inconveniente que encuentro son los tramos compartidos con vehículos, todo y que el respeto por el ciclista no es comparable con nuestra cultura salvaje del volumen, hierro, grande, gano por mis h....He pasado algún apuro, ninguno de los dos sabe frenar con soltura.

Carla ha aprendido a cambiar de marchas aquí y Nil ademas está aprendiendo a frenar con ciertas garantías.

Logisticamente hemos optado por dormir cada noche en la furgo, Me daba la vuelta para deshacer el camino y llevarla hasta el último punto, así sucesivamente. En la alforja solo llevamos comida, toallas y unos chubasqueros.

Las etapas se realizarón en seis días, Empezando en Constanza al día después de visitar la isla de Mainau, un bonito jardín botánico con zona de juegos para los peques.



Hay muchos campings y cierran pronto, no valláis con el rollo spanish. (De haberlo sabido hubiese llevado tienda de campaña para hacerlo mas autentico)

Pense en que no había muchos camping y no quería forzar a los peques a sufrir para llegar a algún sitio obligado.






Bañito de última hora

Paisaje domesticado por el hombre

Carla aporta un toque original a su avituallamiento 


Premio final de etapa, el helado...

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Ojito con lo que ponéis...