6 de agosto de 2012

Intrepida Sirena


Este lugar alejado de las grandes gestas alpinas, sin guías luciendo escudos corporativos y gafas de sol, aquí no hay estación meteorológica dando partes cada tres horas, pero hay una bonita joya que nos ha recomendado Joaquin que bien vale la pena su visita, eso sí, es mejor dejarse las Kamet y los piolets en casa, a cambio llevar una toalla y el bañador para no dar demasiado la nota entre la tribu de pieles rojas que habita a orillas de la cala. 

Hemos quedado muuuuuuy temprano para recoger a Esteban, son las 4:30 cuando suena el despertador, parece una broma, pero si hace unos minutos que me acosté!
Tormenta eléctrica alumbra el camino a casa de Joaquin. Una vez en la Escala, la cosa no pinta estar muy definida, pero seguimos para adelante.
Joaquin y Esteban atentos a las indicaciones de Alex.
Curiosa y rápida aproximación en barca hasta el pié de vía, nunca había hecho una aproximación como esta, mas cómodo imposible, directo a la reunión, aunque el golpe de la Zodiac contra las rocas ha sido considerable, creo que a los próximos los dejará a cuatro metros de las rocas.



La vía tiene un grado mantenido desde su inicio, grandes presas y algún pasito de colocarsse, pero la tónica predominante es el cazo generoso.
Nosotros hemos disfrutado de lo mejor del tiempo inestable, mientras que al fondo llovía generosamente.
Creo que la vía se puede escalar bien a primera hora o bien por la tarde cuando ya no pega el sol.






Cualquier motivo es valido para unas cervezas, pero después de escalar saben mejor.





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Ojito con lo que ponéis...