24 de octubre de 2011

Puigsacalmextrem

Como la temporada de bolets es mala, hemos decidido que es mejor correr un maraton.

En el fondo las dos actividades se parecen mucho, en las dos se madruga, en las dos se va por la montaña, en las dos se acaba cansado, las dos acaban por comerse una butifarra, pero si se parecen tanto, ¿porque no puedo levantarme de mi sofá?

Apenas participamos 200 corredores de 350 previstos, lo que no acabo de entender, hay carreras que no son ni la mitad de estéticas que esta, donde recibes un trato impersonal y que de ellas solo puedes extraer un crono para compararte con los demás.

Esta carrera es espectacular! y lo digo de veras, es cierto que la organiza mi club (Diedre) pero no por ello debo ser imparcial.

El paisaje que regala la Garrotxa en esta estación del año es incomparable, correr entre hayedos mientras el olor a tierra fértil penetra en tus sentidos, tener la sensación de sentirte pájaro mientras remontas montaña arriba superando un mar de nubes que baña el valle, pasos técnicos para alcanzar llegar a lo mas alto, en definitiva un recorrido que te abre las puertas a un mundo de fábulas donde es muy fácil conectar con uno mismo, correr nos hace libres y solidarios, incluso cuando tienes un dorsal.
Madrugón de rigor, me sacó de la cama mi voluntad y no mis ganas.

No sé que tiempo hemos realizado, pero tengo que confesar que he corrido dopado, si! si!.
Arrastro un resfriado desde hace varias semanas y casualmente ayer cotice una subida escandalosa de dolores musculares y mucosidad.
Pero no hay excusas y me casco un iboprufeno de estos para poder maquillar los síntomas, no sé el efecto real que puede producir, pero son las cinco de la mañana y mi cuerpo está molido, tengo frío y pocas ganas de ponerme a correr, que digo, correr! pero si estoy trinchado!
No voy solo, no podía abandonar a Joan por segunda vez consecutiva, de lo contrario ni pongo el despertador.


Los primeros quilómetros han sido de pesadilla, hace frío y me tiembla todo el cuerpo, mi desafinada garganta filtra el aire que me sabe a lejía, pero poco a poco sale el sol y sube la temperatura, entre el Ibuprofeno y el paisaje me voy animando, no me encuentro tan mal y disfruto del momento.
Joan se toma las subidas con calma pensando que faltan muchos kilómetros, no quiere repetir pájara como la vez anterior, esto le va de maravilla a mis piernas, normalmente mi cabeza acaba destrozandolas.

2 comentarios:

  1. La verdad es que pasamos un buen día. Pudimos disfrutar de un circuito maravilloso, nos acompañó en todo momento el buen tiempo y el buen ambiente de que se respiraba en la carrera, la cerveza de la llegada estaba bien fresquita y las botifarras buenísimas. Y de bajada música de la buena sonando en el buga.
    Ni los resfriados por grandes que sean, me permiten ir ni un segundo delante tuyo. Un abrazo.

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  2. Eres un machine! cuenta conmigo para comer butifarra, beber cervezas y escuchar buena música, lo de correr, me lo tengo que pensar! un buen día, si señor!

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Ojito con lo que ponéis...