8 de junio de 2010

Paris-Roubaix, El infierno del norte!!


Nada de lo que había previsto se ha asemejado a la realidad, de nada sirve la experiencia con el pavés del Tour de Flandes, estos adoquines están repletos de malas intenciones, dispuestos a destrozar nuestra moral y nuestras máquinas.

Tremendamente exhausto, molido ha quedado mi cuerpo.
Curiosamente después de los 255 km. recorridos de los cuales 48 son sobre pavés, (salvo dos sectores que escaqueamos por el margen), las mayores molestias no se localizan en mis piernas, si no, en las manos y bíceps, e incluso podría decir que hasta mi cerebro ha sido víctima de las incesantes sacudidas.

La estrategia, si la ha habido, era llegar.
Salida libre de 4 a 7 de la mañana, nosotros elegimos el horario español, es decir, tarde, tanto que casi no salimos.
Empecé con mucho ímpetu y el sillín alto, hasta el kilómetro 82 no pude regularlo, pero creo que esto hacia un efecto similar al pullazo que reciben los toros antes de salir al ruedo, al bajar el sillín perdí la bravura, que sumado a los primeros tramos de pavés, empecé a tomar contacto con mi realidad física.

A partir de aquí nos acompaño una tormenta, de esas de rayos y truenos, por suerte llevaba chubasquero, pero no mi compañero Jean, que sufrió estoicamente la embestida hidrica.
Esto quiere decir que al pavés se le suma agua, el resultado es cachondeo total, incluso algún sector inagado hasta el pedalier, pero que es esto!!! Impresionante!!!, lo repito, impresionante!!!

A medida que se acumulan kilómetros aumentan los sectores de pavés, parece que se esconden para ocultar sus malas intenciones. Giras una calle y ahí está. Serás cabrón!. Perdonar la palabra pero la he suavizado un poco por no decir, hijo de p…

Esta experiencia no la recordaré por las fotografías tomadas, creo que seré incapaz de olvidarlo, y si esto sucede, Jean me lo recordará, no creo que a él tampoco se le olvide fácilmente.

No sé si atreverme a recomendarla, pero estas pruebas pertenecen a la historia viva del ciclismo, cuantos corredores han pisado el velódromo de Roubaix, creo que es motivo suficiente para interpretar de una manera diferente el ciclismo, a partir de ahora no podré ver estas pruebas por televisión con indiferencia.

Como siempre hay algo que agradecer, en esta ocasión y nuevamente, la hospitalidad el día previo en casa de Jean, nos hemos sentido como en casa, menudo mousse de fresas!…




6 comentarios:

  1. Dios....
    tela marinera¡¡¡¡¡¡¡¡

    Joder con el papi chulo...

    Un abrazo tio¡¡¡

    ivan

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  2. Oye compi,
    cuando repetimos? Antes de que cumplas 40 ;-)
    Eso si preveamos unas sopas, un pollo asado con patats fritas a medio camino que es lo que mas he hechado de menos,
    A por Lieja-Bastona-Lieja ahora!
    Jean.

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  3. Juderrrr company!!!felicidades!!

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  4. Eso! a por la Lejía-Baston-Lejía. con tuper-ware en el maillot Ahora que casi he olvidado lo sufrido, no me importaría repetir y a ser posible acompañado de todos los que ponen comentarios en el blog, animaros que "mola"

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  5. Que envidia Rober!, de verdad que me gustaria hacer una clasica del norte. Algun año deberiamos organizarnos bien y subirnos los que podamos y vivir esa experiencia que debe dejar marcado a los que amamos este deporte, y como los ciclistas somos sufridores por naturaleza seguro que vamos a disfrutar de lo lindo.
    Un saludo y a ver si te dejas caer!

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  6. Hola Gabi! me dejé caer este domingo y no te he echado de menos, gracias a tu ausencia sufrí mucho, cuando os calentáis sufro muchiiiisimo!!!
    Realmente hay que probar una de estas, a la leche con la Quebranta.
    La próxima; Lieja-Bastona-Lieja.

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Ojito con lo que ponéis...