7 de junio de 2010

Camino Santiago 2010






Como explicar este viaje sin caer en esos tópicos que nos hacen creer que todo es bonito y espectacular, por que seria incierto que después de pasar todo el día sobre una bicicleta arrastrando consigo el peso adicional de las alforjas, decir que ha sido muy bonito y espectacular, voy a intentar explicarme.

Las aventurillas nacen de la necesidad de romper con lo cotidiano en busca de experiencias, y normalmente se engendran alrededor de una mesa repleta de platos rebosantes de comida o bien tras los cafés, y posiblemente, acompañado de algún digestivo mientras nos engulle el sofá, en esos momentos es cuando nos acordamos de todo lo guapo que fueron otras experiencias y nos calentamos poco a poco.

Luego viene el golpe de valentía, cuando alguien propone una actividad y unos cuantos responden enérgicamente, me apunto! Pero a medida que la resaca al día siguiente aprieta nuestra voluntad, y el valor para solicitar permisos al jefe o a la mujer (aún peor) disminuye, proporcionalmente aumentan las bajas.

Una vez superado los filtros naturales se empieza a maquinar el proyecto, que si vamos en tren, muy cómodo pero odian nuestras bicicletas, o en furgoneta de alquiler, es caro y no hay punto cercano para entregarla, finalmente en autocar, que es la opción más económica para viajar con bici, pero la menos recomendable para nuestra anatomía.

Sin casi darnos cuenta y con la sensación extraña pero cierta de estar de vacaciones, aunque estas serán algo diferentes, dado que nos levantaremos muy temprano para solo descansar cuando nuestros doloridos culos no puedan mas, no comeremos en lujosos restaurante y soportaremos los caprichos meteorológicos pacientemente. Y a esto le llamamos vacaciones!!! Joder!!!
Si supiera el jefe que se está mejor en la oficina!!!

A medida que te alejas del punto de inicio, se quedan atras las responsabilidades cotidianas, día a día adquieres un concepto diferente de ti mismo y de todas las cosas absurdas que hacemos diariamente para llevar una vida normal.

La carencia de comodidades te hace sentirte menos vulnerable, el ligero equipaje te dice que cosas son realmente necesarias y el alejamiento del ruido te hace pensar con mas claridad. Pero no todos somos iguales ni pensamos del mismo modo.

Por ese motivo a lo largo del camino (de Santiago) encuentras diferentes conceptos de como hay que recorrerlo.
Unos optan por sentirlo espiritualmente y religiosamente, otros por hacerlo caminando sin sufrir, otros sufriendo, otros en bicicleta e incluso a caballo, aunque este último creo que es algo complicado, no he visto muchos albergues para ellos.

Sea como sea lo único importante es hacerlo con ganas e ilusión, es la única manera de que no pesen los kilómetros.
El camino es diversión, reflexión, sacrificio.

Otros están deseosos de que lo hagamos como queramos pero que lo hagamos, de ello depende parcial o totalmente sus rentas. Por desgracia hay que vigilar los importes de algunos albergues y los precios de algunos menús para peregrinos, están muy lejos de la voluntad que se presumía por estas rutas, pero no alarmaros, si tenéis suerte, encontraréis almas caritativas y amables por el camino.

Cuando una persona se traslada al ritmo y velocidad que la energía que el mismo puede desarrollar, cuando todo lo que necesita es transportado por el mismo, cuando el paisaje te sorprende cuando menos lo esperabas, cuando el único ruido que desvía tu atención es el producido por tu respiración y cuando respiras profundamente te llenas de olores que jamás habías archivado y otros que casi no recuerdas a que pertenecen, cuando todo esto sucede y cada día que pasa estas abierto a que suceda lo que sea sin forzar los acontecimientos a nuestra voluntad con un deseo de que no se acabe, es cuando se puede hablar de viaje, todo lo demás es turismo.

2 comentarios:

  1. carencia de comodidades,
    ligero de equipaje,
    alejamiento del ruido...
    todos deberíamos experimentar esto de tanto en tanto para purificar cuerpo y mente.
    un saludo.

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  2. Lo auténtico no se esconde tras lo ostentoso, algunas veces encontramos satisfacción y plenitud con las cosas sencillas...

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Ojito con lo que ponéis...