12 de mayo de 2018

Estels del Sud

Este magnifico recorrido me vuelve a llamar, esta es mi tercera visita.
Desde mi lesión en la rodilla son pocas la excursiones a pie que realizo y elijo con excesiva cura los esfuerzos a los que voy a someter a mis piernas, pero esta siempre tiene un relación especial con mi interior que me invita a sufrir.

Fernando es el instigador de la movida, sus ganas me han empujado a acompañarlo gustosamente, quería sopa y se la comió, se la comió  con lluvia, viento y frío, agotando las horas que nos brinda el sol para recurrir al frontal. La aventura que ofrece la innecesaria planificación de las cosas nos llevo a improvisar en ultima estancia, la abundante solidaridad de las gentes de esta tierra nos salva de una incomoda noche.

El sábado comimos de caridad, dormimos casi de acogida y el domingo no comimos como se debería. Pero eso se olvida como se olvidan los kilómetros en las piernas, esa demencia selectiva a quedarte solo con lo bueno, Arce, Acebo, Pataquetes... Hace que volvamos repetir aunque caigas en la casilla de la muerte

La celebración de la ruta en versión deportiva no nos enturbió la cotizada sensación de tranquilidad.  









Menu del desauciado;
Hamburguesa completa con huevo
Patatas bravas
Croquetas
Ensalada para darle color a la ingesta
Y
Cervezas para regenerar el alma.
La aventura nunca se acaba quitándose las zapatillas, sin gasoil a la una de la madrugada.

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