Nos apuntamos a elite con un corazón de bisonte, pero llegamos a meta con el cuerpo de un lenguado.
Perfecta organización de CATRAID en una prueba que cuesta decir que no.
Descubrir parajes ocultos a ritmo de carrera supone una explosión de emociones que me hacen disfrutar a tope, incluso cuando las piernas no van como deberían.
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Ojito con lo que ponéis...