13 de octubre de 2011

Cresta de Llosars


Aprovechamos el día festivo y el retraso del frío para jugar a esto de las crestas, una actividad que despierta de tanto en tanto por nuestras perversas mentes.
Con la cresta de Llosars van cinco, un curriculum poco extenso para presumir pero esta no es mi inteción. Cresta Castérillou, Cresta del Alba, cresta Salenques y cresta Tempestades.

Como de costumbre la actividad empieza la noche antes, conducir a altas horas de la madrugada y dormir poco, no mas de cuatro horas, estos son algunos de los factores que no recordamos después de una gratificante jornada.

Son las 6 de la madrugada y la temperatura, mas propia de la primavera, nos anima a iniciar la marcha, mas tarde, la constante pendiente nos reducirá la euforia del caballo andaluz.

Sin llegar a parada de burro manchego, nuestro ritmo se estabiliza para iniciar la cresta. Paso a paso nuestros resortes van cogiendo la elasticidad necesaria para moverse con soltura, en cambio, Robert ha tenido que negociar algún gesto con su recién estrenado esguince de tobillo.



Con la referencia de la cima del Aneto siempre a vista, van pasando los metros sin casi darnos cuenta, entre risas y bromas las distancias se estrechan.


La foto es espectacular, pero no temáis, el grado no supera el IV

Espectacular cresta, algo acomplejada por sus vecinas.


No hemos considerado necesario encordarnos y progresamos a buen ritmo hasta el final de la cresta, la cuerda es necesaria para un rapel de 40 metros y otro de unos 20 metros, el resto se progresa sin dificultades destacables.

Frutos secos, barritas energéticas, bebidas isotónicas, buagsk! un frankfurt con ketchup, eso si que mola!
En la cima, Roberto, Joaquin, Robert
El vino nos ayudará a planear otra movida.

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