Ferran calentaba en las vías que yo me arrastraba.
Ramón intentaba explicar sus sensaciones en la vía, pero no le hicimos caso.
Para el domingo, una de asfalto, con calzado ligero y culo pesado.
Ha sido una fiesta llena de sorpresas, un reencuentro con algunas personas que hacia tiempo que no veía, como a Carlos con su bebé, el apabullante grito de ánimo de nuestros compañeros del GT nos pusieron los pelos de punta a mas de uno, a un peregrino de lujo, Miguel me sorprendió gratamente cuando le vi entre el público gritando "Robert, buen camino", a Fran que observaba los toros desde la barrera, Juan Valbuena, es como dios, está en todas partes, a Rubén que tenia prisas por llegar a meta, a un raider fanático e incansable, realmente todo un regalo.
Descanso para los guerreros.
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Ojito con lo que ponéis...